El masaje tibetano, es una terapia externa dentro de la Medicina Tradicional Tibetana. Se combina la técnica manual del terapeuta y las propiedades del aceite, que actúa como medio para producir los beneficios.

Los elementos que podemos distinguir en un masaje:

  1. La piel y el elemento viento

El elemento viento circula por todo el cuerpo, y es en la piel donde presenta su localización más externa del viento, y sobre la que el terapeuta puede actuar.

Durante la aplicación del masaje el terapeuta, a través del tacto, produce una vibración sobre la piel del paciente. Esto hace que se ponga en circulación el viento que circula por los poros de la piel del paciente. Ese viento mueve la sangre y traslada la información por todo el interior del cuerpo, y llega hasta la conciencia.

  1. El aceiteel masaje tibetano

El aceite actúa de elemento intermedio, entre la piel del terapeuta (tacto) y la piel del paciente (viento). Es de naturaleza caliente, y en su extensión por el cuerpo produce calor. Esta energía caliente penetra por los poros de la piel del paciente y llega en su primer contacto a la circulación sanguínea. El calor del aceite mejora la circulación sanguínea, que a su vez, mejora la circulación del sistema linfático. El paciente a nivel fisiológico empieza a equilibrarse.

¿Cómo ocurre el proceso interno?

Como resultado de la mejora de la circulación sanguínea por el tacto y la energía del aceite, se activa la producción de masa muscular  de forma adecuada. Cuando el sistema muscular es equilibrado en el cuerpo, las grasas que se producen son las necesarias para lubricar el cuerpo (todo el sistema de articulaciones, la movilidad, la humedad interna). Un sistema correcto de producción de grasas evita la formación de zonas de acumulación, y produce, a su vez, un buen sistema óseo, pues las grasas refuerzan los huesos a través de los poros que en ellos existen.  Un cuerpo con huesos fuertes da lugar a una médula, masa cerebral adecuados. Con un sistema medular adecuado y en buen funcionamiento se obtiene una producción de partículas regenerativas (esperma y óvulos) de gran calidad y se mejora la calidad de los orgasmos.

Finalmente, cuando las partículas regenerativas tienen una gran calidad y energía, esto se muestra en la energía que irradia el cuerpo de la persona. La persona desprende una sensación de estar sana y fuerte. Cuando la energía física de la persona está equilibrada, su energía mental y capacidad psicológica mejoran.

De esta forma, cuando se realiza un masaje tibetano, el propósito es doble, recuperar la energía física, y calmar el viento, con lo que se equilibra la mente.

Sergio Iniesta Esteban

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