En la sociedad actual en la que vivimos el estrés, la velocidad, el aumento de responsabilidades, el miedo a perder lo conseguido, la situación que nos llega cada día a través de las noticias, amigos, etc., todo ello provoca una alteración sutil que nuestro cuerpo registra, pero especialmente lo hace nuestra mente. Esa alteración deja un poso en nuestro patrón de sueño que puede verse alterado, y por acumulación producir un problema de pérdida del mismo.

El descanso que el sueño proporciona es la base de una vida sana, sin él, el cuerpo y la mente no recuperan la energía perdida durante la actividad del día, y el cansancio se acumula.

El insomnio, desde la perspectiva de la Medicina Tradicional Tibetana, es una alteración de la energía viento, que es la energía que controla la mayor parte de las funciones psicológicas, y es la responsable de que las funciones fisiológicas se realicen con regularidad.

trastorno-insomnioLa mente es un elemento fundamental, y como parte de nuestro ser, un elemento también a controlar.

¿Cómo podemos contribuir a calmar la mente? De dos formas, a través de una alimentación más adecuada y a través de una atención mayor a nuestro patrón de comportamiento diario.

¿Cómo podemos contribuir a calmar la mente?

Dieta: Desde el punto de vista dietético existen una serie de alimentos que alteran la función del viento, y que por tanto, es recomendable que no se ingieran. Esos alimentos son ácidos fuertes (encurtidos, salsa de soja, vinagre,…), vinos jóvenes, frutas no maduras y alimentos acres como el café. De igual forma se deben reforzar los alimentos que contribuyen a calmar el viento, entre los que destacan tomar proteínas, alimentos calientes y con potencial denso. Así, se incluyen en esta lista las carnes (salvo el cerdo), los caldos y sopas, los quesos, los frutos secos, y las legumbres.

Igualmente ayuda una bebida caliente antes de ir a la cama, una infusión sin excitantes.

ComportamientoUn cambio en la disciplina es también necesario. Lo fundamental es lograr una regularidad en la vida, y buscar el espacio (mejor nocturno) para el sueño y el descanso.

Para ayudar a calmar la mente, y por tanto el viento, es recomendable realizar actividades de tarde tranquilas, como pasear (no se incluye el ejercicio físico fuerte, o los paseos largos), tener conversaciones con amigos, y meditar.

Se deben evitar actividades en las que se genere excitación mental, y eso incluye lecturas, visionados de películas o series, antes de ir a dormir.

Sergio Iniesta Esteban