La actitud del médico o del terapeuta es fundamental a la hora de relacionarse con un paciente. Gran parte del éxito de esta medicina se obtiene cuando el paciente experimenta la sensación compasiva por parte de quien le atiende.

Esa actitud de compasión y generosidad se consigue a través de una herramienta fundamental, la meditación.

Con la meditación el terapeuta o el médico que la realice, dispone de una técnica para apaciguar la mente y con ello trabaja hacia el objetivo del bienestar interior. La meditación proporciona a quien la practica felicidad, paz interior y contento.

Con ella se consigue que disminuyan las emociones internas aflictivas, que están detrás de problemas como la ansiedad o la depresión.

 Buda nos dice: «Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos».

Si uno medita, y se es constante en la práctica, observará una serie de beneficios que contribuyen a la mejora global de la salud. Beneficios físicos como una reducción de la presión arterial en casos de hipertensión, o beneficios en general como el desarrollo de la memoria, la capacidad de concentración o el equilibrio emocional, entre otras.

La meditación, herramienta fundamental

Dos meditaciones al día, una primera en la mañana para sentirse agradecido por lo que se tiene, y apreciar el valor de la vida, nos sitúa en la actitud adecuada para enfrentar el día. Y una al final de la jornada, para valorar cómo ha transcurrido el día, y reforzar las actitudes positivas que se han podido integrar.

La meditación, herramienta fundamental

Pero, ¿cómo conciliar el vertiginoso trajín cotidiano en el que vivimos con la paz interior que necesitamos? La respuesta está en las técnicas de meditación. Del mismo modo que cada día ponemos orden en casa o en nuestra agenda, sería muy beneficioso para nuestra salud, que hiciéramos lo mismo con nuestra mente.

Si estás interesado en saber más sobre esta técnica, te invito a que entres en este enlace: Programa de meditación.

Sergio Iniesta Esteban