Autor: LAMA TSONGKHAPA

Ediciones Amara, 2002.

Este es un excelente libro que consiste en un comentario que hace el ilustre Pabongka Rimpoche a una obra de Tsongkhapa, en concreto su célebre “Tres Senderos Principales”, catorce versos que contienen toda la esencia del dharma y que escribió para su estudiante preferido Ngwang Drakpa. En el prefacio, realizado por el traductor Gueshe Lobsang Tarchin, se narran muchas cosas interesantes…y sobre todo se da mucha información sobre ambos autores. Cabe destacar como se narra el hecho de que Tsongkhapa recibió muchas de sus enseñanzas directamente de seres iluminados a través de sueños, visiones y del contacto directo, y como durante muchos años le enseñó el ser divino Voz Gentil. Me gusta mucho el final del prefacio donde Tarchin dice :

” Rezo para que este libro nos ayude a todos a destrozar a nuestros verdaderos enemigos: las emociones aflictivas de la atracción, la repulsión y la ignorancia, dentro de nuestras propias mentes.”

A continuación se inicia el comentario con unos preliminares. Aquí Pabongka Rimpoche nos indica como los Tres Senderos Principales son como la viga que sostiene todo el techo. Voy a citar un párrafo que me ha parecido muy interesante: “Tu mente debe estar llena de estos tres pensamientos si deseas practicar cualquier dharma, sea el de las enseñanzas públicas o secretas del Buda. Una mente rebosante de renuncia te dirige a la libertad y una mente impregnada del deseo de convertirte en un Buda para beneficio de cada ser consciente te lleva a la omnisciencia. Por último, una mente imbuida de la visión correcta te sirve como antídoto al ciclo de la vida.” Pabongka Rimpoche nos explica a fondo la importancia de estas enseñanzas, la importancia de seguir adecuadamente a un Lama, la meditación analítica, y nos alienta a estudiar.

El primer sendero es el de la Renuncia. Pabongka Rimpoche lo divide en cuatro puntos principales:

1. Por qué es necesaria la renuncia

2. Eliminar el deseo hacia esta vida

3. Eliminar el deseo hacia las vidas futuras

4. Cómo saber cúando has encontrado la renuncia.

Por supuesto que son todos muy interesantes. Cabe destacar la definición de “vida cíclica” que se define como “tomar repetidamente los grupos impuros de cosas que forman a un ser sufridor normal – su corriente ininterrumpida que va de una vida a otra. ¿Qué nos encadena a este ciclo? Los propios actos y malos pensamientos. Y ¿a qué estamos encadenados exactamente? A aquellas partes impuras de nuestro ser. Para liberarnos de esta rueda de la vida debemos reconocer que todo en ella es, por naturaleza, puro sufrimiento. Comprenderlo producirá un sentimiento de aversión, de hastío y este llevará más tarde a la renuncia. Para acabar con el deseo hacia esta vida se debe contemplar el gran valor de esta vida de ocio y fortuna y la dificultad de encontrarla así como nuestra impermanencia, el hecho de que debemos morir. Debemos “abandonar esta vida”, lo que significa que debemos suprimir los ocho pensamientos mundanos o apegos hacia los placeres de esta vida. Para desprenderse de éstos se aconseja meditar en la propia transitoriedad y en la muerte. Básicamente, respecto al deseo de vidas futuras se recomienda contemplar los principios de las acciones y consecuencias y contemplar los muchos sufrimientos de este ciclo de vida. Se menciona cómo la renuncia es la causa principal que produce la denominada “gran compasión”.

El segundo sendero es el deseo de obtener la iluminación para cada ser consciente. Pabongka Rimpoche nos explica muchas cosas muy interesantes…destaco el final:

“Todas las criaturas del universo, todas nuestras queridas madres se queman del mismo modo en el insoportable dolor de los tres reinos inferiores y en el círculo de vidas en general. Cuando no lo podamos soportar un segundo más, cuando finalmente sintamos el verdadero deseo de alcanzar con la mayor celeridad la Iluminación total para ayudar a cada ser consciente entonces podrás afirmar que has conseguido el deseo de obtener la iluminación”.

El tercer sendero es la visión correcta. Aquí se hace una breve presentación de los puntos más vitales acerca de la visión correcta y se usa el razonamiento clásico basado en la interdependencia. También se muestran las diferentes maneras de entender ésta por las cuatro grandes escuelas de pensamiento budista. El caso es que es que los dos principios: causa y efecto o interdependencia, por un lado, y el hecho de que nada existe de modo genuino, por otro, van de la mano, uno apoya al otro. En un análisis completo, la interdependencia y la vacuidad aparecen juntas, apoyándose mutuamente. En definitiva, la interdependencia es vacua y la vacuidad es interdependiente.

Hay que señalar que a lo largo del libro se hace mención a menudo de que hace falta desarrollar los tres senderos para poder alcanzar la Iluminación.

El libro finaliza con consejos para la práctica, una oración y un texto denominado “Una llave secreta” de Gungtang Jampeyang.

Claudia Corrales Lantero