El arte de la felicidad – Dalai Lama con Howard Cutler. Barcelona: Penguin Random House, 2015.
Es un buen libro, basado en las conversaciones de un psiquiatra occidental con el Dalai Lama en la India y en las enseñanzas del Dalai Lama en Arizona en 1993.
El Dalai Lama muestra como el propósito de la vida es buscar la felicidad y para ello hay que identificar aquellos factores que conducen a la felicidad y los que conducen al sufrimiento. Deja muy claro que la felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos. Y también que cuanto mayor sea el nivel de calma de nuestra mente, tanto mayor será nuestra capacidad para disfrutar de una vida feliz.
También dice que hay que desarrollar la satisfacción interior queriendo y apreciando lo que tenemos y también siendo conscientes del propio valor. Dice que las emociones y los comportamientos negativos son nocivos y como son útiles las emociones positivas. Saberlo fortalece nuestra determinación de afrontarlas y superarlas. El Dalai Lama considera saludable a una persona compasiva, cálida y de corazón bondadoso. Hay que ejercer la disciplina mental de identificar y cultivar los estados mentales positivos e identificar y eliminar los estados mentales negativos.
Es un proceso de aprendizaje y lleva su tiempo.
El libro también trata el tema de la “plasticidad” del cerebro. Al movilizar nuestros pensamientos y practicar nuevas formas de pensar podemos reconfigurar nuestras células nerviosas y cambiar la forma en que funciona nuestro cerebro. Por tanto se entrena la mente para alcanzar la felicidad. El Dalai Lama considera que el comportamiento ético es una clase de disciplina interna que conduce a una existencia más feliz. Habla, por supuesto, de nuestro estado innato de felicidad.
Asimismo, se aborda en este libro el tema de las relaciones, en concreto la relación íntima; el valor y los beneficios de la compasión y la transformación del sufrimiento. Hay que aceptar que el sufrimiento forma parte de la vida, es la naturaleza fundamental del samsara. Su origen está en la ignorancia, el anhelo y el odio. Hay que aceptarlo y tolerarlo. Habla del sufrimiento autoinflingido y cómo a veces somos nosotros los causantes.
Aquí hay lo que me ha parecido una frase clave: “el dolor no es sino una creación personal”. Hay que descubrir nuestra propia contribución al sufrimiento. El sufrimiento del cambio, la transitoriedad propia y de todo…la impermanencia. Hay que aceptar que la vida es cambio. La aceptación de la inevitabilidad del cambio como principio general nos ayuda a afrontar muchos problemas y a asumir un papel más activo; conocer y comprender los cambios puede evitarnos la ansiedad, que es la causa de muchos de nuestros problemas. Esto también se aplica a las relaciones humanas.
Otra importante herramienta para la vida cotidiana que propone es la del cambio de perspectiva.
Señala como útil la capacidad de ver los acontecimientos desde perspectivas diferentes. El Dalai Lama señala al enemigo como un gran maestro por las oportunidades de crecimiento que nos depara. Por tanto, es importante tener una mente flexible que es la capacidad para cambiar de perspectiva, para ver los problemas “desde ángulos diferentes”. Probar nuevos puntos de vista.
También dice que es importante tener un sistema de valores que proporcionen continuidad y coherencia a nuestras vidas, que objetivos merecen realmente perseguirse y cuales son irrelevantes. Es importante descubrir el significado del sufrimiento, pues constituye una poderosa ayuda para afrontar las situaciones, incluso las más difíciles.
Explica la práctica budista del Tong-len, el “dar y recibir”. También habla de cómo afrontar la cólera y el odio, la ansiedad y el aumento de la autoestima, que define como la honradez y seguridad en uno mismo. Finalmente, da unas reflexiones para vivir una vida espiritual. En esta parte habla de la importancia del respeto y aprecio del valor de todas las confesiones religiosas del mundo; de que la verdadera espiritualidad es una actitud mental que se tiene en cualquier momento; de la disciplina interior como base de una vida espiritual.
Howard define las convicciones básicas del Dalai Lama. La convicción de la dulzura y la bondad fundamentales de todos los seres humanos. El valor de la compasión. La convicción de que existe una actitud de amabilidad y un sentido de comunidad entre todas las criaturas vivas.
Libro altamente recomendable que muestra el pensamiento del Dalai Lama y los beneficios que nos puede aportar la aproximación al budismo.
Claudia Corrales Lantero
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