La relación entre mente y cuerpo también fue objeto de debate en las jornadas. Para la ciencia, los procesos cognitvos o mente son un proceso emergente del cerebro, dependiente de sus contribuciones químicas y físicas. Para el budismo la mente necesita de un órgano para proyectarse y por tanto sus lesiones afectan al buen funcionamiento de la mente, pero se habla de una relación de dependencia más que de causalidad. Es la interacción entre el objeto y la mente lo que genera la sensación, y no se establecen localizaciones específicas en el cuerpo. La corriente de conciencia supone además la existencia de la conciencia independiente del cuerpo, al morir.
La medicina tibetana establece que el cuerpo está sostenido por cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua, cuya disolución producen la muerte. El deterioro físico que acompaña a la muerte está asociado con la pérdida del elemento tierra, la pérdida de la energía vital con la disolución del elemento agua, aminorándose los agregados de la forma y las sensaciones. La disolución del elemento fuego conlleva déficits congnitivos como pérdida de la percepción y desequilibrio de la temperatura, y por último el enlentecimiento de la respiración que supone la pérdida del elemento aire. Aunque hoy en día la medicina no hable de los cuatro elementos básicos como principales componentes sino como metáforas de los procesos corporales, hubo un gran consenso entre la medicina tibetana y occidental en la descripción de las fases que llevan a la muerte.
El budismo ante la muerte
Recientemente, en el instituto Mind and Life de Dharamsala se están realizando mediciones electroencefalográficas de lamas después de haber experimentado la muerte física para tratar de observar la permanencia de la conciencia sutil en estado de meditación. Aunque los resultados son preliminares, se han reportado casos de personas cuyo cuerpo tarda en comenzar su proceso de descomposición mucho más de lo habitual.
Hoy en España se permite la conservación del cadáver de personas budistas como respeto a esta creencia. La ciencia, hasta ahora, no ha podido posicionarse ni en contra ni a favor de la permanencia de la conciencia en el cuerpo tras la muerte, aunque los principios científicos niegan en teoría la existencia de la mente sin un cuerpo en actividad. Cada vez son más los centros hospitalarios que cuidan de las necesidades espirituales de las personas en su proceso de acercamiento a la muerte. En este punto surgió una interesante reflexión por parte de los Geshes, el Dr. Iglesias así como del público asistente en torno al tabú que supone la muerte, la falta de meditación sobre ello y la importancia de morir de forma serena.
Los pasados 21 y 22 de marzo del 2015 se celebraron en el centro Thubten Dhargye Ling de Madrid las primeras jornadas de Budismo y Ciencia. En esta ocasión en torno al tema de la muerte.
Asistieron como ponentes los lamas Geshe Tering Palden y Geshe Ngawang Losel, los profesores universitarios de psicología el Dr. Santiago Segovia y el Dr. Miguel Ángel Santed y el doctor en medicina Pablo Iglesias, experto en cuidados paliativos. Las jornadas estuvieron moderadas por la doctora en biofísica Nazareth Castellanos.