Muchas personas sufren de una dolencia de frío en sus extremidades inferiores, que con este sencillo consejo es posible aliviar.
El frío en las extremidades inferiores es un problema que procede de una mala circulación sanguínea. Cuando la circulación no es lo suficiente fluida, bien por estrés o por falta de ejercicio, esta llega a las extremidades más despacio de lo que debería y eso nos hace sentir frío en los pies. A través de la siguiente técnica es posible lograr un gran alivio, mejorando la circulación e incrementando la temperatura.
Antes de dormir cada noche, y durante una semana, se introducen los pies hasta la altura por debajo de las rodillas en un recipiente con agua caliente y sal (preferiblemente sal de Himalaya o sal marina) y se mantienen inmersos durante 20 minutos.
Durante el proceso se puede aprovechar para relajarse, dejar ir el cansancio, o en su caso meditar.
El frío en las extremidades inferiores es un problema que procede de una mala circulación sanguínea.
Pasado el tiempo, se sacan los pies y se secan con una toalla de algodón. Nos aseguraremos de que no quede nada de humedad en las extremidades. Posteriormente, se pone aceite bien de almendra o sésamo, y se extiende por los pies y hasta las rodillas, dando un pequeño masaje, para que penetre bien el aceite.
Cubrir los pies con unos calcetines e irse a dormir, dejando que la noche termine el tratamiento.
En personas que sufran trombosis en las piernas, se debe tener cuidado de que la temperatura del agua sea templada.
Esta técnica además es útil en caso de problemas de insomnio, por viajes frecuentes.