Nos relacionamos y percibimos la vida con nuestros sentidos. Con los cincos sentidos, con los que accedemos a la información, y la mente que interpreta dicha información.
Los sentidos son fundamentales en nuestra vida, son la base de nuestro aprendizaje; pero son también el origen de nuestro desequilibrio.
El exceso de información, la sobreexposición, la falta de filtro de la información recibida, son generadores de huellas en nuestra mente que acaban repercutiendo en nuestra salud. El estrés, la fatiga, la ansiedad, incluso la depresión, son resultado de la relación sensorial con nuestro entorno.
Para la Medicina Tradicional Tibetana, la frontera de nuestros sentidos es la primera causa de nuestro desequilibrio de salud y, por tanto, sus terapias y tratamientos se enfocan principalmente en ayudar a reforzar nuestro sentido interno, la mente, mientras refuerzan el cuerpo físico y sus procesos.
Dentro de este encuadre de terapias podemos encontrar el tratamiento integral de los seis sentidos. Se trata de una combinación del masaje tradicional tibetano, que refuerza el organismo a través del sistema metabólico y el descanso mental por medio de una actuación sobre el cuerpo físico, junto con la terapia vibracional, cuyo principal enfoque es trabajar la energía mental por medio del sonido y la vibración de los cuencos tibetanos.
El paciente durante el tratamiento siente cómo sus bloqueos mentales y sus dolencias físicas van disminuyendo en la medida que percibe la calma y la relajación mental, así como el descanso y cuidado del cuerpo.
La terapia comienza con el terapeuta utilizando la vibración de los cuencos tibetanos para guiar al paciente a una relajación profunda, dejando que su energía mental comience a recircular por los canales, soltando nudos, y restableciendo la circulación de dicha energía, obteniendo una amplia calma interna.
Esta calma se refleja en una relajación muscular. En ese momento, el terapeuta comienza el tratamiento de calor con aceite en la piel del paciente, cubriendo cabeza, cuello, espalda, brazos y piernas. En cada aplicación va soltando los bloqueos físicos, mientras el aceite suavemente va entrando por los poros reforzando el sistema circulatorio, y por medio de los movimientos circulares y de presión reequilibra el calor interno.
El sistema circulatorio se oxigena y traslada, a través de la sangre, un refuerzo a todos los sistemas internos, músculos, tendones, huesos y los órganos internos. El cuerpo físico se reequilibra y refuerza.
Finalmente, el terapeuta cubre al paciente y aplica de nuevo la vibración de los cuencos para cerrar el ciclo. Con ello refuerza el binomio mente-cuerpo, y permite una sensación completa de salud.
Esta técnica tiene efectos inmediatos en la salud y el equilibrio del paciente. Entre los más destacables se encuentran una claridad mental, una mejora de la percepción sensorial, un refuerzo del calor interno del cuerpo, una relajación corporal, la rápida eliminación de toxinas y la pérdida de peso.
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Te esperamos para disfrutar de una sensación integral de salud!
Sergio Iniesta Esteban