Losar 2152: Un Año Nuevo Tibetano Lleno de Esperanza y Compasión

Este 2025, Su Santidad el Dalai Lama celebra sus 90 años de vida, y lo hace con la misma energía y compasión que siempre lo han caracterizado. A pesar de las difíciles circunstancias globales y las tensiones que siguen marcando al mundo, continúa trabajando incansablemente por la paz, el bienestar y la erradicación de la ignorancia —raíz del sufrimiento, según las enseñanzas del budismo tibetano.

Una de sus oraciones más conocidas refleja este profundo compromiso:

“Que mientras existan seres que sufren, que pueda yo permanecer en el mundo y ayudarles a eliminar todo sufrimiento.”

¿Qué es Losar? El Año Nuevo Tibetano

El pasado 28 de febrero celebramos Losar 2152, el Año Nuevo tibetano, una de las festividades más importantes del calendario espiritual del Tíbet. A diferencia de las celebraciones occidentales, Losar no es una fiesta superficial, sino una práctica espiritual profunda. En esta fecha, las comunidades tibetanas alrededor del mundo realizan ofrendas a los Budas, Bodhisattvas y maestros espirituales para pedir bendiciones, eliminar obstáculos y avanzar hacia la iluminación.

Durante Losar, se respira un ambiente de generosidad, humildad y respeto. Los rituales incluyen danzas tradicionales con trajes coloridos y máscaras sagradas, música ancestral y oraciones colectivas por la paz interior y la liberación del Tíbet. Este folclore espiritual es un reflejo vivo de la compasión budista y del deseo de que todos los seres encuentren felicidad duradera.

Un Pueblo que No Olvida

El 10 de marzo, como cada año, se conmemoró el levantamiento del pueblo tibetano contra la ocupación china, ocurrido en 1959. Este trágico capítulo dejó más de 1.2 millones de tibetanos muertos, y hasta hoy, el control sobre el Tíbet continúa violando los derechos humanos.

Aunque Su Santidad el Dalai Lama se ha reunido en el pasado con líderes como Mao Tse-Tung, el gobierno chino nunca ha mostrado una intención real de resolver el conflicto de forma pacífica. Las negociaciones han sido infructuosas, y la represión continúa. Diversas organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch siguen denunciando estas injusticias, aunque el poder económico de China ha paralizado muchas acciones políticas internacionales.

      Enseñanzas de Dharma: El Capitán Suparaga

      En medio de estos desafíos, Su Santidad continúa sembrando sabiduría. El 14 de marzo, durante el llamado Día de los Milagros, impartió enseñanzas del Dharma en Dharamsala, India, narrando uno de los cuentos de los Jataka: la historia del capitán Suparaga, un Bodhisattva que guía a sus marineros por océanos llenos de tentaciones y miedos.

      La parábola enseña que solo quienes practican con esfuerzo y constancia pueden llegar a puerto seguro, es decir, alcanzar el fin del sufrimiento. Tal como en nuestras propias vidas, las distracciones y el pánico nos alejan del Dharma. Pero con sabiduría, disciplina y la guía de maestros como el Dalai Lama, podemos retomar el rumbo hacia la liberación espiritual.

      Una Voz para los Sin Voz

      En esta misma línea de compromiso con la no violencia y la compasión, el 11 de marzo se publicó su nuevo libro: Voice for the Voiceless («Una voz para los sin voz»), en el que Su Santidad comparte reflexiones sobre cómo actuar con sabiduría y amor frente a la injusticia.

      Reconocimiento Internacional: Gold Mercury Award for Peace

      El 31 de marzo, la organización Gold Mercury International otorgó a Su Santidad el Gold Mercury Award for Peace, en reconocimiento a su incansable labor por la paz mundial y la protección del medio ambiente. Representantes de la organización viajaron hasta Dharamsala para hacer entrega del galardón.

      Conclusión: Practicar el Dharma Hoy

      El camino del Dharma es un viaje interior lleno de pruebas y recompensas. El Dalai Lama nos recuerda que los Budas no eliminan el karma negativo con magia, sino que nos enseñan cómo transformar nuestra mente y corazón. Alcanzar la iluminación no es una promesa futura, sino una posibilidad real si nos comprometemos con la práctica espiritual.

      Este Losar 2152, más que celebrar, es una invitación a renovar nuestro compromiso con la paz, la compasión y la sabiduría. Que sigamos las huellas del capitán Suparaga y de nuestro querido Dalai Lama, navegando juntos hacia un mundo más justo, consciente y lleno de amor.

          Pilar Garau

           

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