La piel es nuestra barrera contra los elementos externos.
La piel es el órgano más grande de que dispone el ser humano, cubre todo el cuerpo, y actúa de elemento protector contar las agresiones externas. Es además el órgano sensorial que nos permite percibir el mundo a través del tacto. Y es también un importante canal perceptivo que traslada emociones a nuestra mente, lo que configura nuestra forma de ver el mundo.
Pero la piel es frágil y debe cuidarse cada día. Su calidad y bienestar dependen de un buen cuidado, hidratación, nutrición y protección. Es por ello que es recomendable utilizar jabones naturales y elementos no agresivos en su cuidado diario.
De esta forma, los jabones naturales de glicerina y aceites esenciales ayudan a nuestra piel a estar elástica, tersa, cuidada y bien nutrida.
Los jabones naturales de glicerina se fabrican a mano sin añadir aditivos ni aromas, con el fin de que se obtenga un producto apto para todas las pieles, y que no produzca daño o irritación.
Los jabones así fabricados pueden utilizarse en el lavado de cara, manos y para todo el cuerpo. Nutren la piel, la hidratan y aumentan su elasticidad y su tersura.
A la glicerina se añaden los aceites esenciales de plantas para que el jabón tenga un buen aroma, y las características propias de los aceites, complementando su efecto reparador.
En la producción artesanal de jabones se trabajan con ocho variedades:
- Jabón con aceite de miel: con un efecto energizante y protector. La miel actúa como un recuperador natural de la piel por su alto contenido en encimas y aminoácidos, y estimula los factores intelectivos.
- Jabón con aceite de romero: con un efecto tónico y estimulante. El romero reactiva la circulación sanguínea, y permite aliviar el dolor muscular y articular.
- Jabón con aceite de lavanda: con efecto antibiótico. Es un jabón adecuado para tratar problemas de piel, como acné o eccemas y quemaduras. La lavanda además combinada con el jabón reduce el contenido graso de la piel.
- Jabón con aceite de árbol de té: con efecto antibiótico. La esencia del árbol de té actúa como un protector contra organismos externos y fortalece el sistema inmunológico. Muy adecuado para usar en lugares de uso público.
- Jabón con aceite de chocolate: con efecto energizante y antioxidante. El chocolate revitaliza la piel y tonifica. Este jabón es adecuado en pieles muy expuestas a elementos externos o desgastadas.
- Jabón con aceite de rosa mosqueta: con efecto regenerador. El aceite de rosa mosqueta regenera las células de la piel, y corrige el daño. Protege ante los efectos de sol, elementos externos y combate la tristeza.
- Jabón con aceite de caléndula: con efecto calmante. La caléndula calma las hinchazones en la piel, y regenera la piel del daño. Se usa especialmente para pieles castigadas, con acné o pieles grasas. Además, su uso diario alivia el cansancio y la tensión.
- Jabón con siete aceites esenciales: con efecto relajante. Es un jabón adecuado para relajar la piel, y estimular los sentidos. Ideal para un tratamiento completo.
Es necesario que seamos conscientes de la importancia de nuestra piel, y le dediquemos el cuidado necesario.
Sergio Iniesta Esteban
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