Los budistas decimos que a lo largo de nuestras incalculables vidas, en un proceso sin principio ni fin, todos los seres, en alguna ocasión, han sido nuestra madre; nos han dado la vida, se han sacrificado por nosotros y nos han cuidado amorosamente. Sin embargo, no es necesario remontarse al pasado para probar la bondad de los demás. Ahora mismo, podemos comprobar cómo, sin la amabilidad de los otros, nuestra felicidad, bienestar y la propia supervivencia en este mundo serían imposibles.
Todo aquello que nos produce felicidad y bienestar depende de los demás. La salud, nuestra educación, los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida, nuestro mismo cuerpo, todo es gracias a su amabilidad. Ahora mismo, el piso en el que nos encontramos mientras estamos leyendo esto, ha sido hecho con el trabajo de arquitectos, constructores, fabricantes, obreros, etc… Los medios de transporte que utilizamos para desplazarnos – el avión, el barco, el coche, etc… Son el producto de la invención de unos y la fabricación de otros; sin su esfuerzo y colaboración, no nos sería posible viajar.
Nuestra ropa, esté confeccionada con algodón, lana, o cualquier otro material. La llevamos puesta gracias a que alguien recogió la cosecha o trasquiló a las ovejas. Después se hiló la lana y se tejieron las telas. Más tarde se confeccionaron los vestidos, éstos se transportaron hasta la tienda, alguien los cargó, etc… Finalmente nos beneficiemos y disfrutemos de esta maravillosa ropa que llevamos, ha tenido que pasar por las manos de muchas personas. Sin todo este esfuerzo, no podríamos disfrutar de todo lo que poseemos por mucho dinero que tuviéramos. Cualquier cosa es así. Resulta evidente que dependemos de los demás. Sin ellos, no podemos vivir. Somos totalmente interdependientes.
Alguien estará pensando ahora: “¿Cómo que dependo de otros seres?. Esto ha llegado a mí porque lo he pagado, porque he trabajado mucho para conseguirlo”. Muy bien, pero, si nadie fabricara cosas, ¿qué podrías comprar?. Es verdad, trabajas, pero ¿con quién y para quién lo haces? ¿Cómo consigues tu dinero?. Otra vez, gracias a la bondad de los demás. Vayamos donde vayamos, siempre dependeremos de algo que está fabricado, preparado, hecho para nosotros por otros seres. Por eso decimos: “Todos los seres son y han sido muy amables y bondadosos con nosotros”.
Con respecto a nuestra práctica espiritual, sucede lo mismo. Gracias a la práctica de las seis perfecciones(1) o, lo que es lo mismo, gracias a los demás seres, alcanzamos todos las experiencias y logros hasta llegar a nuestro objetivo, el estado de Buda. Por ejemplo, si queremos practicar la generosidad, ¿con quién lo hacemos, si no es con los otros?. Si se trata de la moralidad, sólo conviviendo con los demás es como sentimos la necesidad de llevar a cabo una conducta correcta. Y la paciencia; no se practica la paciencia con objetos inanimados, sino con los seres. Lo mismo con la compasión y el amor (causa los dos del desarrollo de la mente altruista genuina). Los desarrollamos gracias a nuestra convivencia con los demás seres conscientes.
Como resultado de estimar a todos los seres que han sido nuestras madres obtendremos todos los logros en nuestro camino. Realmente, para poder desarrollar nuestra práctica de Dharma desde el principio hasta la Iluminación, dependemos tanto de los seres, como de los budas. Hemos de manifestar, por consiguiente, nuestro respeto tanto hacia los Budas como hacia los seres conscientes ordinarios. El conocimiento y la sabiduría de los Budas es superior, pero en términos de amabilidad, ambos se manifiestan iguales.
Si esto es así, venerar a los Budas, tener fe en ellos y, por otro lado, ir dañando a los demás es una conducta totalmente contradictoria y errónea.
Muy Ven. Lama Geshe Tsering Palden
(1) las seis perfecciones (paramitas).- Seis prácticas que forman la base del modo de vida de un bodhisattva(2): Generosidad, Moralidad, Paciencia, Perseverancia, Concentración y Sabiduría.
(2) bodhisattva.- Ser que ha alcanzado el estado mental de Iluminación total. Consagrados por entero al bienestar de todos los seres sensibles, se comprometen a permanecer en la existencia cíclica para ayudar a los demás en lugar de buscar su liberación personal.