Katmandú.- 22 de noviembre 2016
Los tres ojos de Buda que coronan la gran estupa Boudhanath, el monumento budista más emblemático del valle de Katmandú construido para albergar las reliquias de una santidad, vuelven a ver después de que el terremoto de 2015 los cegara.
Aquella devastadora sacudida y sus réplicas posteriores dejaron, además de cerca de 9.000 muertos, graves daños en esa estupa y en parte de los otros seis conjuntos de monumentos y edificios del valle de Katmandú reconocidos por la UNESCO desde 1979 como patrimonio de la humanidad.
«Este es un ejemplo de que si existe voluntad todo es posible y estoy seguro de que motivará a otros a realizar un esfuerzo similar», afirmó el primer ministro nepalí, Pushpa Kamal Dahal, durante el acto de reapertura tras el seísmo del templo budista.
La gran estupa ha sido restaurada gracias a los 230 millones de rupias (2,1 millones de dólares) recaudados por una entidad privada, el Comité de Desarrollo del Área Boudhanath, que denuncia que el Ejecutivo nepalí no ha participado en la financiación del proyecto.
El 22 de noviembre, tras una ceremonia budista, la estupa volvió a abrirse al público, a la espera de poder alcanzar los 400.000 visitantes de media que recibía cada año antes del seísmo y que dejaban en sus arcas alrededor de 374.000 dólares.
Para muchos turistas, son esos tres ojos, hipnóticos, los que hacen que valga la pena desplazarse hasta las afueras de Katmandú para ver la estupa Boudhanath, una triple mirada, dice el presidente del comité, que «simboliza la habilidad de Buda para ver el mundo».
«Los ojos externos ven el mundo material o mundo exterior, mientras que el tercer ojo entre los otros dos es el ojo de la sabiduría o también llamado por el budismo Dhamma, que significa la verdad de la vida que Buda enseñó a sus seguidores»
Para los miles de peregrinos budistas que se desplazan al lugar, circunvalar la cúpula de 36 metros de diámetro y 43 metros de alto que conforma la base de la estupa proporciona al creyente la respuesta a cualquier ruego, asegura el comité de reconstrucción.
«Es como la joya de los deseos, que responde de manera automática a cualquier súplica o rezo que le hacen. Es por eso que se conoce como ‘La estupa que responde a todas las plegarias'»