Un nuevo nacimiento es siempre un momento de felicidad y celebración para los padres y la familia.
Sin embargo, el traer una nueva vida a este mundo no es tan sencillo como parece, y en muchos casos se desconoce la responsabilidad que acarrea.
Para el pueblo tibetano, ser padres es algo serio, y es que, desde hace muchos siglos, la cultura tibetana, y en especial la Medicina Tradicional Tibetana, han investigado y profundizado en el proceso de la concepción de una nueva vida, sus causas, obstáculos y consecuencias, tanto hacia el bebé como a la madre.
El proceso del nacimiento adopta muchos matices y su estudio es base de una de las ramas más complejas de la Medicina Tradicional Tibetana, la ginecología,pues no podemos separar los procesos íntimos de la mujer de la concepción de una nueva vida.Y es así, puesto que, a pesar de los avances de la sociedad occidental, los desórdenes ginecológicos siguen siendo causa de serios problemas, que pueden dificultar la concepción, o incluso impedirla, o ser causa de obstáculos durante o tras el parto, tanto en el feto como en la madre.
Estos problemas de salud derivan, en la mayor parte de los casos, de un cuidado no adecuado de la mujer, en su vida cotidiana, y en particular durante el embarazo.
En la sociedad occidental hemos dejado de lado la “magia” de la concepción y la importancia del cuidado y atención de una nueva vida, y hemos adoptado un enfoque más práctico, pero no queda claro que este cambio haya sido para mejor.
Las prisas, el estrés, la falta de ejercicio, una alimentación insuficiente o inadecuada o la falta de tiempo, son algunas de las causas que pueden poner en riesgo que un embarazo tenga lugar, se desarrolle adecuadamente o llegue a término.
Todos conocemos la mecánica de la concepción de una nueva vida, pero ¿sabemos realmente la complejidad del proceso? La Medicina Tradicional Tibetana adopta un enfoque diferente, donde la mecánica es algo necesario pero secundario, siendo la prioridad la conciencia de cada individuo y las energías de los padres, en especial la de la madre, quien por 38 semanas será la encargada de alimentar y cuidar un feto, así como la responsable de los primeros momentos en la vida de este nuevo ser.
Pero no sólo es la madre la única responsable de este proceso. El entorno y las condiciones son parte importante del proceso, y en las que la familia debe poner especial hincapié. Conseguir que la madre se sienta segura, confiada, atendida y relajada, queda en manos de los familiares que acompañan a la madre a lo largo de esta nueva aventura.
En Occidente hemos invertido en el aseguramiento de la supervivencia de la madre y la nueva vida, mejorando los procesos de atención, los métodos de diagnóstico y seguimiento y las condiciones en las que se desarrolla el parto. Un gran avance que ha salvado muchas vidas. Sin embargo, hemos dejado de lado el comprender el inicio del proceso, la responsabilidad de los padres al tomar una decisión que les cambiará sus vidas, y que aportará un cambio en la sociedad en la que viven.
Y en todo ello, la madre y su salud es una pieza clave, pues basta una mínima dificultad en el sistema ginecológico y el embarazo no podrá completarse.
Estudiar los procesos ginecológicos y, en especial, los desórdenes asociados, nos permite entender de qué forma podemos prevenir las enfermedades específicas íntimas de la mujer, pero además de qué manera influyen en el proceso de la concepción.
De tal importancia son estos procesos para la Medicina Tradicional Tibetana que desde hace más de mil años los médicos se han especializado en comprender e identificar las enfermedades específicas de la mujer relacionadas con los órganos de su sistema íntimo, su relación con el resto de los sistemas, su influencia en la sintomatología y en la psicología de la mujer.
A pesar de la profundidad y complejidad de estos estudios, la investigación de la Medicina Tradicional Tibetana en este campo ha llevado a reconocer pautas de comportamiento, alimentos inadecuados, condicionantes del entorno y actitudes que desequilibran los procesos del sistema ginecológico, aportando soluciones prácticas y consejos para disfrutar de una vida saludable, y tomar acción ante circunstancias o dificultades.
Para este sistema médico, una nueva vida no es sólo entender la evolución del feto, sino que es un proceso que comienza con la reflexión de los padres para entender la responsabilidad de una nueva vida y que continua con el cuidado de ambos, y en especial de la madre y su salud, que continúa con el desarrollo del embarazo y con los primeros meses tras el parto, y que finaliza con la responsabilidad social derivada de la integración de una nueva persona.
Cada una de esas etapas debe ir acompañada de unos cuidados y unas atenciones con el fin de conseguir el objetivo de una nueva vida con significado.
No dudes en acercarte al mundo de la Medicina Tradicional Tibetana, su sencillez y su lógica no te dejarán de sorprender.
Tashi Delek
Sergio Iniesta Esteban
Coord. del Área MTT de Thubten Dhargye Ling