En la Medicina Tradicional Tibetana se da importancia al estado físico y mental del terapeuta, pues son la base de su actitud y comportamiento con los pacientes. Por ello, doctores y terapeutas cuidan cada día de su propia salud.
La curación de una persona no está únicamente en manos del terapeuta y de su capacidad de comprender el origen de la enfermedad, su causa o características, sino también en su empatia para con su paciente. Por ello es necesario desarrollar un estado de calma mental, ecuanimidad y mantener un cuerpo fuerte y sano.
En ese sentido el terapeuta o médico acude en busca de una energía superior a través de la visualización de seres iluminados y la recitación de sus mantras, que ayudan a generar un estado adecuado previo a la terapia. En especial del Buda femenino, TARA.
Tara nació de las lágrimas de Chenrezig (el Buda de la Compasión), que abrumado por la dificultad de conducir a todos los seres fuera del samsara veía flaquear sus fuerzas para cumplir con su objetivo. Sin embargo, por la enorme compasión que sentía hacia todos los seres comenzó a llorar, y de esas lágrimas al tocar el suelo nacieron Taras de colores blanco y verde que le dieron apoyo y fuerzas para cumplir con su cometido.
Por tanto, cada mañana, nos acogemos a Tara, la madre de todos los Budas y seres iluminados. Tara representa las habilidades de todos los Budas, los medios por los cuales se comunican con nosotros y nos guían.
Tara es la capacidad de acción, de superación de los obstáculos y de alcanzar el éxito, del valor y de la fuerza para conseguirlo.
La meditación y contemplación de Tara proporciona resultados rápidos en aquello que necesitamos. Cuando uno observa a Tara puede percibir su amor infinito. Al meditar en ella solicitamos que los obstáculos, problemas y dificultades que padecemos desaparezcan. Tara responde inmediatamente con un caudal de energía que nos libera de problemas, nos inspira para alcanzar los objetivos y nos protege de nuevas dificultades.
Cuando se lleva a Tara en el corazón se siente que la mente es una con ella, y se percibe su calma, su tranquilidad y su fuerza protectora.
Durante la meditación se recita su mantra:
OM TARE TUTTARE TURE SOHA
En este mantra cada sílaba tiene su significado:
OM significa una mente abierta, dar amplitud a la mente, obtener mayor inteligencia.
TARE es el vocativo de Tara. La nombramos para que nos libere del sufrimiento del samsara.
Con TUTTARE pedimos a Tara que nos libere de los miedos principales (siendo el primero el miedo a la muerte) y que nos proteja de ellos.
Pedimos con TURE que nos libere de toda enfermedad y sufrimiento mental, y que nos de larga vida.
SOHA: para que las bendiciones trasciendan en el tiempo, para que se queden en el corazón y la mente.
Recitamos este mantra para pedir a Tara que nos salve de todo miedo, de todo sufrimiento y enfermedad y que nos ayude a obtener una vida larga.
Es un mantra importante de respeto hacia la gran madre que me salva del samsara, del miedo y la enfermedad.