Tres pequeñas claves que mejorarán tu salud

La Medicina Tradicional Tibetana es un sistema eminentemente práctico y sencillo. Propone soluciones al alcance de todos, y que pueden integrarse en nuestro quehacer diario de forma fácil.

Quiero acercaros tres pequeñas ayudas que os beneficiarán en vuestra salud cotidiana y que vais a poder comprobar que son de gran eficacia.

  1. Un vaso de agua caliente antes de empezar el día

Por la mañana, tras levantarnos y antes de iniciar el desayuno, os recomiendo hervir agua y serviros un vaso, que debéis ingerir caliente (sin quemaros) notando como el efecto del agua va calentando poco a poco el organismo. Ese agua y su calor van despertando el cuerpo y, fundamentalmente el sistema digestivo, dejándolo listo para su primera ingestión. Además, elimina el exceso de mucosidad de la noche acumulado.

El cuerpo humano, según la Medicina Tradicional Tibetana, se rige por tres energías fundamentales, viento, bilis y flema. Cada una de ellas está más activa en una parte del día.

Así es con la energía flema, una energía de carácter frio que baja la temperatura del cuerpo, y rige nuestros procesos de descanso, apagando los sistemas internos para recuperarnos física y mentalmente del día que hemos vivido. Por ello, actúa por la noche y hasta principios de la mañana.

Para combatir ese frío y mucosidad, eliminarlo y ponernos en marcha, necesitamos de calor, y para ello, nada mejor que ese vaso de agua caliente.

2. Comer con la atención puesta en el plato

Cuando llega el momento de desayunar, comer o cenar, y más si estamos hambrientos, no somos totalmente conscientes del proceso y sus efectos en nuestro organismo. Esto supone en muchos casos que por exceso nos llenamos, o que ingerimos alimentos que no nos aportan lo necesario o bien que incluso no nos sientan bien.

Esto es fácilmente evitable con un poco de atención en cada momento.

La comida debe ser pausada y en su tiempo, no menos de media hora y con una dedicación a comer, sin interrumpirla o compartirla con televisión, trabajo, u otras actividades que nos desvíen de la importancia de lo que estamos haciendo.

Es además importante darse cuenta de la proporción de comida, no más de un plato y proporcionado al tamaño de nuestros estómagos. Así, debemos ingerir cantidades para sentir que nuestro estómago no queda lleno, y dejamos un pequeño espacio para su funcionamiento.

Todos recibimos un aviso interno de cuando llegamos al límite recomendado, es momento de escucharnos y hacernos caso.

Las ventajas de esta comida atenta son muchas: una digestión no pesada o lenta, evitar la somnolencia de después de comer, recuperación rápida de la energía dado que el estómago tiene espacio para hacer su trabajo, regularidad en las evacuaciones y en general un brillo en la piel.

3. Proteger y cuidar nuestras manos y pies

Nos relacionamos con el entorno de muchas formas, intercambiando calor con el ambiente, a través de ideas o palabras con amigos, etc. En este intercambio, manos y pies juegan un papel fundamental y muchas veces somos inconscientes de su importancia. En la Medicina Tradicional Tibetana se los conoce como las cuatro puertas principales y, como modos de acceso a nuestro cuerpo que son, deben cuidarse y protegerse.

Os dejo, a continuación, algunas ideas de cómo mejorar su cuidado:

  • Frota de forma cotidiana con un poco de aceite pies y manos: la proteína del aceite es calorífica y nutritiva, les aportará mayor fuerza, nutrirá sus huesos, mantendrá una mejor temperatura (especialmente en otoño e invierno) y dejará tu piel lisa y tersa.
  • Siempre secar: las partículas agua, aun cuando es caliente, son elementos fríos que tienden a acumularse, generando en el largo plazo problemas en las articulaciones. Por ello, después de lavarnos las manos y los pies, es necesario comprobar que nos secamos bien, sin dejar gotas entre los dedos. Si no estás segur@ utiliza papel para secar.
  • Proteger de los elementos: las fibras sintéticas no permiten que se intercambie el calor de forma adecuada, si usas calcetines, asegúrate que son de algodón o lana, notarás un gran cambio en el descanso de tus pies y cuerpo en general. Tus manos son un bien preciado, recuerda que son necesarias para todo, protege de frío o calor intenso con guantes adecuados.

Te animo a que pongas en práctica todo ello desde mañana. Lleva un diario y observa las mejoras que se producen en una semana… seguro que no querrás dejar de tenerlos siempre en cuenta una vez que empieces.

Estas pequeñas claves y muchas otras las puedes encontrar en esta cultura milenaria médica. Ábrete a descubrir cómo mejorar tu salud y tu vida.

Una vida larga no es satisfactoria si no es saludable.

Maybel Fernánez Páez