Vajrapani es una de las divinidades más fascinantes del budismo y su figura se ha ido transformando con el paso del tiempo adaptándose a las influencias que recibía de culturas tan diversas como la greco-romana o los pueblos que recorrían la Ruta de la Seda hasta extremo Oriente.

En el antiguo budismo indio, esta deidad era una manifestación del dios Indra, soberano del cielo y protector de todos los semi-dioses y aparecía montado sobre un elefante blanco.

Vajrapani va a seguir siendo un protector, pero de Buda y del Dharma, por eso se va a convertir en un Bodhisatva.

 

VAJRAPANI, EL PROTECTOR DE TODOS LOS MANTRAS OCULTOS DE LA SABIDURÍA

 

En estas figuras vemos como la deidad hindú se va a ir transformando para formar parte del panteón budista.  Los cuatro brazos quedan en solo dos, el rayo es sustituido por un vara (dorje) y en la otra mano cambia el muera de la generosidad por el de la victoria.

Con el paso del tiempo  Vajrapani será representado sin el elefante y sobre un trono de loto, tanto de pie como sentado.

La figura de Vajrapani en los relieves Greco-Budista

Con la llegada de Alejandro Magno a la India, el arte helenístico contribuyó en gran medida al desarrollo del arte budista. Los artista griegos que se establecieron en la ciudad de Gandhara tenían que representar a Vajrapani con un vajra (rayo) en la mano así que se inspiraron en la figura del Dios Júpiter (Zeus)  porque su símbolo de poder era también el rayo.

También se inspiraron en Heracles (Hércules) porque representaba a un hombre lleno de fuerza y virtudes que fue convertido en una deidad por sus grandes méritos y trabajos en favor de todos los seres, liberándolos de terribles y peligrosas amenazas como feroces leones y serpientes con múltiples cabezas.

Esta comparación fue debida a que en un texto titulado Lalitavistara, se narra la historia del envidioso primo de Buda (Devadatta) que planeó matarle haciendo que se desprendiera una gran roca que le aplastaría al caer rodando por la ladera de una montaña.   Buda iba acompañado de Vajrapani que, al ver la roca,  saltó sobre ella y la partió en dos.  Su misión desde aquel momento fue protegerle de todas las posibles amenazas y prestarle su poderosa ayuda en trances especialmente peligrosos. Como recompensa, Buda le concedió el honor de ser un bodhisatva protector.

Los artistas griegos, vieron la similitud con los trabajos de Heracles y le dotaron de una fuerte musculatura y le colocaban siempre detrás de la figura del Iluminado, como si fuera su “guardaespaldas”.

Se le identifica porque lleva en la mano una especie de maza formada por dos pirámides alargadas y truncadas que se unen por sus extremos más estrechos que nos recuerda a la forma de un fémur humano o de un reloj de arena.

La figura de Vajrapani viaja desde la India hasta China por la la Ruta de la Seda

En la India, Vajrapani es representado como un noble príncipe.  En la fotografía podemos apreciar un detalle de las pinturas murales que se encuentran en las cuevas de Ajanta, donde aparece ya transformado en un bodhisatva que lleva una bellísima corona de oro y piedras preciosas.  Los aros que cuelgan de sus orejas y los collares sobre su pecho desnudo, son los referentes iconograficos que se imitarán en otras grutas santuarios budistas de Asia.

Siguiendo viaje, remontando el río Indo y atravesando el Himalaya, se construyeron múltiples ciudades oasis en la Ruta de la Seda,

En las paredes de los santuarios budistas, encontramos diferentes representaciones de Vajrapani que se fueron amoldando a las diferentes culturas del turkestán oriental.  Una de las grutas más representativas son las de Kizil en la cuenca del río Tarín cerca de Aksu.

En la imagen vemos a Vajrapani que sostiene en la mano derecha un “espantamoscas” símbolo de poder y fuerza que aplasta a los enemigos, y en la otra el vajra o rayo que tiene forma de reloj de arena .  Es un príncipe envuelto en ricas telas y joyas continuando con la tradición de la India y está en una actitud pacífica sentado con una pierna recogida y la otra extendida.  Su rostro relajado refleja los rasgos orientales de ojos ligeramente rasgados y el peinado y el bigote están muy cuidados y adaptados a la moda del país.

En el santuario de Bezeklik del Reino Uigür en Turfán al norte del desierto del Taklamakan, encontramos una representación de Vajrapani  airada.  Aquí prescinde de la corona y recoge su cabello con una coleta o moño.  Lleva una espesa barba y muestra una poderosa musculatura.  Sus ojos nos expresan furia y nos advierte que su poder y su fuerza son grandes.  Aquí representa su aspecto más protector.

 

Vajrapani en Tibet

En primer lugar hemos de saber que Vajrapani es una emanación de Buda Vajradhara cuya función es destruir las perturbaciones mentales de los seres sintieses confiriéndoles un poder especial en su cuerpo y mente.

Vajrapani significa sostenedor del Vajra del mantra secreto, del linaje de las enseñanzas tántricas de Buda.

En el budismo tibetano, la figura de Vajrapani puede tener dos formas : En su forma pacífica, tiene un aspecto de noble príncipe, un bodisatva listo para ser nuestra protección transmitiendo paz y sabiduría.

En su forma iracunda, representa la seguridad, la confianza y la fuerza inquebrantable de superar todo tipo de obstáculos. También se le considera la personificación de la victoria de Buda sobre Mara y los nagas, que representan las fuerzas y los instintos humanos más bajos.

El mero hecho de recordar su poderoso nombre despierta una energía pura e indestructible que elimina de raíz el karma negativo y supera prejuicios.  Estas deidades descritas como iracundas, de ningún modo personifican fuerzas negativas o demoníacas, sino que detrás de su aspecto feroz se esconde  la poderosa fuerza de su compasión.  Simbolizan la violencia que reina en el cosmos en general, pero particularmente en el ser humano.

La historia cuenta que a Vajrapani se le encargó custodiar el elixir milagroso Amrita, que era el único antídoto eficaz contra el veneno que los demonios utilizan para dañar a los seres humanos.

Él lo bebe pero los demonios ya lo habían contaminado y su piel se vuelve de color azul y  es por esto que se le representa de este color.   El tono puede variar y es más claro e intenso en su manifestación pacífica y más oscuro incluso llegando al negro, más característico de las divinidades especialmente poderosas o iracundas.

Buda reconoció el valor y la fuerza poderosa de Vajrapani y es por ello que puso las doctrinas secretas de los tantras bajo su custodia especial, por lo que le conoce desde entonces como “el señor de los secretos”.

Como reconocerlo en su forma airada

Está de pie, en medio de un fuego de sabiduría que sale de su cuerpo por todos los poros y abrasa los cinco venenos espirituales (las calaveras).  Esto simboliza que se puede activar la fuerza que nos falta para superar el miedo la indecisión.

Tiene en la frente un Tercer Ojo que le sirve para ver aquello que está oculto, y alrededor de la cabeza lleva una corona de cinco puntas de diamante que simbolizan las cinco familias de Buda.  Lleva en las orejas pendientes de aro y en el cuello joyas de Bodhisattva.

Adopta la postura llamada del Guerrero con la pierna izquierda dando un paso Y la pierna derecha flexionada, típica postura orgullosa de las divinidades iracundas. Los pies pueden tener uñas afiladas como garras de animal y  alrededor de sus caderas y una piel de tigre que significa su intrepidez y su fuerza (similar a la piel de tigre que llevaba el Dios Heracles).

Sus manos pueden tener el aspecto de garras con uñas afiladas como las de un tigre o un oso, y hacen ademanes amenazadores.  Esto es para alejar a los demonios de todo tipo y los obstáculos que nos encontramos en nuestras vidas.  Así defienden lo sagrado de ser contaminado.

En la mano izquierda sostiene un cordón con el que ata todos los pensamientos negativos. y hace el mudra de la Victoria (dedos pulgar y corazón se tocan).

En la mano derecha sostiene un vajra-dorje  como símbolo de la fuerza de la compasión, y también de la naturaleza imperturbable de la realidad verdadera.

Como reconocerlo en su forma pacífica

Es de color azul y se le representa de pie o también sentado sobre un trono de loto.  Siempre lleva un Vajra (Dorje) en su mano derecha.

 

 

 

Manuela Echániz Rodriguez